SENTIMIENTOS CASTUOS

SUSPIROS DE ESPAÑA

domingo, 17 de enero de 2016

 QUERIDOS REYES MAGOS

A primera hora de la noche, el niño ya solía poner los zapatos en la ventana, como niño que era, no perdía la esperanza de que los Reyes atendieran su llamada, una llamada que ya hacía un par de años, no le escuchaban.
Su mamá, pasaba por una situación muy precaria, se había quedado sin trabajo y vivía gracias a la caridad de las buenas almas. 
Anteriormente vivía desahogada, pero la nueva situación la había llevado a un caos total. La mamá, sufría por no poderle dar a su hijo, no ya juguetes, sino cosas más imprescindible como: la comida, la ropa y el calzado. 
La noche de Reyes era más penosa todavía, porque no tenía nada para poner en aquellos zapatos que con tanta ilusión colocaba su pobre hijo en la ventana. Cuando el niño ya se había dormido, la mamá fue a mirar los zapatos, pero se llevo una sorpresa, el niño adjuntaba una carta escrita en una hoja de su libreta del colegio, la mamá muy silenciosa cogió la carta y comenzó a leer.

Queridos Reyes Magos: 
Ésta vez no os voy a pedir juguetes, pero sí os rogaría me dejarais unos zapatos, los niños del colegio se ríen de mi, porque los tengo muy rotos y como me quedan pequeños se me salen los dedos por delante, y si podéis, unos calcetines, da igual el color, pero con estos fríos se me ponen los dedos negros.
En la ventana dejo los viejos para que veáis que es verdad lo que digo.
Gracias queridos Reyes, sé que ésta vez leeréis mi carta. 

Un abrazo de Carlitos.

Cuando la mamá leyó la carta se le cayó el corazón a los pies.
Al despertar el niño, corrió a la ventana y allí estaban unos zapatos flamantes, con sus correspondientes calcetines, de cualquier color, eso no importaba.
Corrió a la habitación de su mamá para enseñárselos, la mamá sonrió soñolienta con cara de haber trasnochado.

Manuela 

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