SENTIMIENTOS CASTUOS

SUSPIROS DE ESPAÑA

sábado, 13 de mayo de 2017


AL ALBA

                               
Hoy mi despertar es afligido, a través de la ventana contemplo el paisaje, triste el alba se despierta delante de la costa. La mar eclipsada por la brisa presenta una paz inmensa.
Ante tan penosa situación, pensé volver a la cama, el día era largo y las tareas escasas. Tendida de espalda en la cama, contemplé mi acogedora habitación, el colorido alegre de las cortinas, me alegraba, los muebles sencillos, pero de estilo moderno, eran cómodos y agradables.
Como no podía reconciliar el sueño, volví a la ventana, el paisaje cambiaba a medida que levantaba el día. Mi ánimo se alegró, me iría a pasear por la playa, me encantaba sentir en mis pies el frío de las aguas bulliciosas.
Podía haber sido un agradable paseo, si no me hubiesen asaltado los tristes recuerdos.
En mi mente, lo vi correr por la orilla de la playa, con su risa cantarina y aquella elegancia que le caracterizaba.
Cómo me alegraba la vida, suerte que pronto volvería, o, al menos, esas eran las perspectivas, pero no dejaba de ser un futuro incierto.
La guerra era la guerra, pero sería mejor y más alentador pensar en positivo.
Como cada día pasé por el kiosco de la esquina para coger el periódico, siempre me gustaba ver las noticias de la guerra. 
Él era un personaje conocido de los medios de comunicación, si tuviera algún percance todos los medios lo publicarían, pero aunque lo miraba con ansias, también sentía miedo, miedo de encontrar entre aquellas líneas su nombre.
Volví a casa, intentaría contactar con él por teléfono, aunque pocas veces había cobertura, era un país completamente derruido por las bombas y metrallas.
Los habitantes de allí han huido por miedo al hambre y a perder su vida entre aquella sin razón, pero él allí seguía cumpliendo con su penosa profesión.
En ese momento suena en teléfono, en décimas de segundo estaba al habla, pero era una voz desconocida para mi.
Después de escuchar unas pocas palabras el teléfono callo de mis manos y me desmayé.                  

 Manuela