SENTIMIENTOS CASTUOS
SUSPIROS DE ESPAÑA
jueves, 27 de febrero de 2014
DESDE AQUÍ
Desde aquí presiento que hace mal día, la gente se resiste a salir, otros días a esta hora ya están desfilando.
Ah, ya sube el ascensor, será el del 5º, es el primero que baja cada día, ya me lo imagino restregándose los ojos con pinta de no asearse, con el pelo engominado, con esa cresta que parece un pavo al trote.
Ahora presiento que bajaran los tortolitos del 2º, como están en plena luna de miel siempre están haciéndose arrumacos, mirándose en mi, que parece que les guste hacer practicas, como si no tuvieran su propia casa para esos menesteres, que no es que a mi me pongan los dientes largos, ya ves, yo tengo de todo.
Ya mismo bajará la del 1º, esa decrepita con su perrito en brazos, con el camisón de dormir asomándole por debajo del abrigo; lo malo es que no sale de la acera, por lo que dice la gente lamentándose: y es que la vieja es algo peculiar con el pelo de un caoba fuerte, los ojos pintados de un azul pavo y unos labios de un rojo fuerte con una sonrisa que deja ver su desdentada boca. A mi me ignora por completo, claro ella dirá que así no sufre.
¡ Ay! ha bajado el del 3º y ni me he dado cuenta ensimismado con la vieja.
¿Qué son esas voces? Ufff por la voz es el del 3º, que lengua, con quien lo dará, viene con un zapato en la mano, ya está, seguro que ha pisado los excrementos del perro de la vieja, dice que va tirar el zapato a la basura, eso no se lo cree ni él, con lo tacaño que es, que yo lo digo por lo que dice su mujer cuando baja con la amiga. Anda que ponen finos a los maridos.
Faltan los del 4º, esos salen un poco más tarde, pobre viejo siempre arrastrando esa silla de ruedas, cómo va poder andar esa mujer si pesará más de 100 k. Pero bueno, como el marido no se queja, estaría bueno que encima se valla él primero, que eso suele pasar. Ella siempre con la bolsa de bollos, y él tan consecuente, lo que yo digo, de vez en cuando surge un santo.
Ahora sólo falta la flor y nata de la escalera, no sé si me podré resistir sin piropearla, ya llega, con ese perfume embriagador que va esparciendo, con esa cara tan bella, ese pelo de seda, y esa esbelta silueta que apenas cabe en mí.
¡¡¡Ole lo más bonito de la escalera!!!
Ella se vuelve, bosteza en mi, y escribe. ¡Gracias Manuela
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