SENTIMIENTOS CASTUOS

SUSPIROS DE ESPAÑA

lunes, 6 de mayo de 2013

LA MUERTE DEL TÍO QUICO


                                    

Samuel estaba absorto en sus pensamientos, cuando el sonido de su móvil desvió su atención, era su hermano Víctor. -¿Qué pasa Víctor? Que sorpresa. -La verdad es que nos comunicamos poco, pero esta vez merece la pena mi llamada, es para comunicarte una buena noticia, se nos han terminado lo problemas, ¿estas de pie? pues siéntate !Ha muerto el tío Quico¡ -¡Bien! ¡Que gran noticia! entonces, ¿nos vamos al tanatorio? -al tanatorio, ¿a qué? Si no lo hemos visitado en tantos años que llevaba en la residencia, qué vamos hacer en ese tanatorio. Quedaremos en la espera de que nos avise el notario, somos su única familia y el tío Quico estaba forrado, si papá hubiera sido como él y no hubiese fundido todo su capital, hoy no estaríamos en la completa ruina en que nos encontramos. Pero afortunadamente, se nos han terminado los problemas. A los quince días, el notario los citó. Los pasaron a una sala en la que había una sola persona, una chica de unos cuarenta años. Los hermanos se miraron entre si, un poco
extrañados. Entró el notario y se sentó frente a ellos en su mesa de despacho. Muy ceremonioso, les comunicó. Paso a leer las últimas voluntades del Señor Ruiz. Sacó de un cajón un sobre lacrado y empezó a leer.-“Yo Francisco Ruiz Salgado con mis facultades mentales normales y sin coacción  de nadie, dicto ante el señor notario que: mi casa sita en la calle discóbolo numero 45 en la localidad de  Madrid, la finca y el cortijo sita en el pueblo de Torre Menga Salamanca, incluyendo animales; con la condición que se mantengan todos los obreros que allí trabajan, y, mi cuenta corriente que poseo en el banco de dos millones trescientos mil euros, pasen a Piedad
Delgado, por haberme cuidado durante mienfermedad y para recompensar los desvelos que tan cariñosamente me ha dedicado. Para mi sobrino
Samuel como debe pesar ya alrededor de los cien kilos, le dejo mi silla de ruedas, porque posiblemente pronto la va a necesitar. Para mi sobrino Víctor
le dejo mi bastón, como es tan sentimental, seguro que lo disfrutará con gran estima. Y eso es todo, os deseo larga vida. “Rezad una oración por mí alma“.

Francisco Ruiz Salgado

Manuela